La colla Colorà que nos encontramos de camino al Puntal de Matamoros, es una charca que al parecer fue excavada por el hombre para recoger el agua de las lluvias. En esta zona hay bastantes bancales, la mayoría abandonados a día de hoy, y para asegurarse el agua que precisaban los animales de tiro para poder realizar las labores del campo, se construyó esta balsa natural.
El color rojizo le viene de las arcillas , tan frecuentes en la sierra.
No hay que olvidar que este punto está a más de 600 metros de altitud. Este dato le confiere mucha de la importancia que en su día tuvo.
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