No quería acabar el año 2013 sin una ruta reciente. Así que sin mucho planearlo, preparé el material y me decidí a subir el canchal del Campanà con la idea de bajarlo.
Definitivamente el Campanà es mi montaña. Me tiene cautivado. Desde las primeras expediciones en que empecé a conocerla. Siempre te acompaña el viento. Tiene algo especial. No se bien que es pero siento energía extra cada vez que la recorro.
Ahi van los mapas de la ruta:
Dejé el coche al inicio del desfiladero de la Tanca del Runar. Desde aquí me dirigí al pie del canchal. Tras abandonar la senda que conduce al collado rojizo, empiezo la ascensión.
Subida:
Si nos ponemos de frente al canchal, lo que se ve detrás de mi es la parte izquierda. Es la zona a la que desembocan las lenguas de entrada que ya mostré en rutas anteriores.
En la foto de abajo lo que se ve es la parte derecha del pedregal. Conforme fui ascendiendo me di cuanta que por la piedra suelta iba a ser imposible, así que tuve que ir buscando el margen derecho, con piedras mas grandes y algo de vegetación que me daban mas estabilidad.
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Fósil en en pedregal |
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Existen señales a mitad del canchal,marcando un nivel de seguridad. Realmente no llegué a saber si la zona segura era hasta la señal o a partir de ella. |
Bajada:
Una vez arriba, después de salir del canchal entre riscos con muchas aristas que me permitían trepar bastante bien, remonté hacia la cima del Campaná explorando las diferentes lenguas de entrada al pedregal.
Arriba esta la primera de las lenguas. Es la de más fácil acceso, la más corta, pero muy lateral.
La segunda de las lenguas (abajo)también parece tener un acceso poco complicado. A posteriori me parece este el mejor acceso. Conduce a las tiradas de cantos más pequeños (señalizadas con marcas verdes en el tercer mapa arriba), perfectos para deslizarse saltando.
Abajo foto de la tercera lengua, bastante separada de las otras dos, es la que elegí. Tiene un acceso bastante complicado y después se recorren muchos metros en los que no se puede deslizar libremente. Son cantos más grandes.
La bajada fue un poco accidentada, con bastantes caídas por resbalones y malos apoyos. Al final varias contusiones en las manos y un dedo subluxado pero sin más incidencias.
Una vez ya abajo, salí del pedregal bastante a la izquierda según venía bajando, así que aparecí en una pequeña rambla adyacente al barranco que baja de la Vella hasta la Tanca del Runar.
De nuevo en la entrada al desfiladero de la Tanca del Runar marcado por este característico árbol seco.
Una ruta en definitiva bastante complicada. Realizada en aproximadamente 1:34:00.
Un consejo, no es lo mismo correr por montaña que meterse en estas lides. Solo hay que ver como han quedado mis Gel Torana.